
Sentimientos ahogados se amistaron con la profunda tristeza que he arrastrado desde hace siglos... y no me han dejado vivir tranquilo, atormentándo a ese niño olvidado.
Nunca quise hacer daño, ni muchos menos herir a las personas que realmente me quieren como soy, un soñador sin límites.
Ahora que miro hacia atrás y veo toda esa sangre regada por mi camino, espero nunca más cruzarme por caminos prohibidos y equivocados, solo quiero que llegue el momento de mi juicio, y me sentenciarán a vivir en el amargo destierro.
Mi vida se convertirá en una interminable obra de teatro, que jamás saldrá a escena.
Ahora que siento este terrible frío, me iré caminando por aquellas calles, que un día me vieron feliz y que nunca más volveré a recorrer, porque ya no hay nada que me pueda llevar de regreso allí, donde los sueños se hacen realidad....
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